16 julio 2007

PUNTA CANA -


Punta Cana


Imperio de la Naturaleza





En el extremo Este de República Dominicana, las playas de Punta Cana son un paraíso donde los visitantes pueden vivir días de mar, y disfrutar otras experiencias bajo un universo ecológico.


La abundancia de palmeras "cana" es lo que ha dado el nombre a esta región del este.

Punta Cana se ha convertido en el refugio de viajeros que llegan a República Dominicana en busca de tranquilidad.


Una palmera chata, que parece no poder competir con los altos y espigados cocotales que bordean la playa, ha dado nombre a esta costa, situada en el extremo este de la isla La Española, frente por frente a Puerto Rico, donde la luz habita y desafía las sombras.

La palmera "cana" es pequeña, pero sus enormes hojas han resultado ser las mejores a lo largo del tiempo para construir los techos de palma que rematan todas las edificaciones, desde las tradicionales cabañas de pescadores hasta los más modernos hoteles. De este modo terminó por imponerse, y se bautizó con su nombre a este litoral localizado a escasos kilómetros del Cabo del Engaño.

Situadas a unos 40 kilómetros de la ciudad de Higüey, y a unas tres o cuatro horas de la capital dominicana, se han convertido en el refugio de viajeros que llegaban en busca de la tranquilidad, pensando en el disfrute de la naturaleza, de las playas y del sol. Y todo ello es posible en este lugar, acompañado también de la práctica de numerosos deportes relacionados con el mar.

Arrecifes y palmeras
Es, en definitiva, el contacto con la naturaleza y el sosiego, lo que diferencia a Punta Cana de otras zonas costeras vecinas. El arrecife de coral que se extiende en paralelo a esta costa a lo largo de cinco kilómetros -algunos aseguran que es el mayor del país- da réplica desde el mar a las hileras de palmeras de coco que bordean el límite costero durante varios kilómetros.

Aquí el tiempo se dedica a la práctica de todo tipo de deportes, en su mayoría de carácter acuático como el buceo, con recorridos que suelen partir de la misma playa hasta el arrecife de coral. El snorkeling, el esquí acuático, el windsurf, o incluso la pesca de altura son otras opciones.

Pero también se puede practicar otro tipo de deportes que cambia el mar por la tierra firme, entre ellos la equitación, o el golf. República Dominicana es todo un paraíso para los golfistas, e incluso en este apartado lugar de las playas dominicanas del este se puede encontrar un campo de alta calidad, como es el de Bávaro, donde se disputan tanto torneos nacionales como internacionales

Tierra taína
Hace siglos la vida debía de ser también muy tranquila en esta parte de «Quisqueya», el nombre que le dieron a la isla sus primitivos habitantes, los indios taínos, cuando estaba habitada por estos indios, antes del Descubrimiento.

Toda esta comarca, según se ha constatado en averiguaciones recientes, estaba habitada por indios de esta raza. En 1989 fue encontrado aquí un asentamiento indígena, a sólo veinte metros del mar, que incluía alfarería de este pueblo, del tipo conocido como Boca Chica y otros de los años 230 a.c. y 420 d.c.
Entre todos se venía a demostrar que, además de la inmigración de la isla, grupos de población procedentes del norte de América del Sur, llegaron a esta parte de las Antillas.

Cuando los españoles vinieron a explorar el interior de La Hispaniola desde sus destacamentos en la costa norte, la comarca de Higüey era uno de los cinco cacicazgos en los que se encontraba dividida la isla y estaba dirigido por el cacique Cayacoa que, como otros, se destacó por su oposición a los colonizadores. Cayacoa fue hecho prisionero por los españoles en Isla Saona, hoy en día uno de los más bellos paraísos dominicanos, situada frente a esta costa sureste.

En toda la zona este, Higüey ha sido tradicionalmente el centro de población más importante. Se cree que fue fundada por el conquistador de Jamaica, Juan de Esquivel, en el año 1494, y se sabe que aquí vivió Ponce de León, de 1502 a 1508.

En la actualidad, Higüey es una ciudad próspera en el país, capital de la provincia de Altagracia, donde radica la Basílica de la Virgen de la Altagracia, patrona de los dominicanos, que se erige en una pintura al óleo del siglo XVI. La cual es venerada cada 21 de enero cuando miles de personas acuden desde todo el país al Santuario.

Las playas más famosas de República Dominicana
La primera línea de playa, que algunos conocen como "la Costa del Coco", es un arenal que se comunica directamente con las playas de Bávaro y el pueblo de Juanillo.
Pocas playas en República Dominicana, y se podría decir que en todo el Caribe, responden tan fielmente a la imagen paradisíaca de arena fina y blanca, bordeada por aguas turquesas de distintos tonos y delimitada por filas de altísimas palmeras de coco y canas, esa playa que nos venden en los anuncios y reclamos más turísticos, cuando nos sugieren que viajemos al paraíso.

Con el atractivo añadido de una barrera de coral que recorre toda la costa, Punta Cana puede ser el lugar de República Dominicana donde se encuentren las playas más famosas de la isla.

Desde Macao a Punta Cana, incluyendo Bávaro, existen más de quince grandes complejos turísticos con más de 10 mil habitaciones.

En conjunto, toda la región playera del este representa casi 50 kilómetros de playa ininterrumpida, sumando las playas de Bávaro, Arena Gorda, Cortecito, Cabeza de Toro, Punta Cana y Macao. Hacia ellas llegan viajeros de todos los confines del mundo, y en el Aeropuerto Internacional de Punta Cana aterrizan semanalmente más de setenta vuelos charter regulares.

Punta Cana es, definitivamente, un rincón tranquilo, con fuerte sabor marinero, y con unas aguas turquesas que componen un espléndido panorama, mientras se disfruta de los restaurantes construidos con madera de caoba y hoja de palma.
Los pueblos de pescadores de la zona han encontrado buenos recursos en estos complejos turísticos, y es habitual ver a pie de playa las negociaciones entre los cocineros de altos gorros blancos y los pescadores que acuden con sus capturas a lo largo del día.

La Marina Punta Cana es el centro neurálgico para las actividades náuticas, donde el visitante puede encontrar todo tipo de facilidades para su recreo. Se trata de un punto habilitado las veinticuatro horas, que puede servir hasta cuarenta y tres lanchas y veleros a la vez, y ofrece servicios muy completos, incluyendo televisión por cable.

También atracan grandes barcos, sobre todo puertorriqueños y de Miami, que recalan aquí para pescar el "blue marlin" y participar en los torneos de pesca de altura.
La pesca es buena en esta costa, especialmente en el verano, cuando se celebran varios de estos torneos de pesca de altura, con carácter nacional e internacional.

El velerismo es otra de las actividades que se practican en la Marina, aprovechando la abundancia de participantes que llegan de muchos países y la bondad de las aguas.
Mientras, el buceo cuenta también con muchos aficionados, que encuentran cursos apropiados para cada nivel en los mismos hoteles. Un atractivo añadido lo da la cercanía del arrecife de coral, que proporciona un increíble espectáculo submarino.

El mar, la naturaleza
Pero no sólo el mar está reservado a los que eligen esta zona de República Dominicana como destino. En Punta Cana también se pueden recorrer maravillosos senderos montando a caballo, o los amantes del golf pueden dedicar agradables jornadas a la práctica de su deporte favorito en el campo de Bávaro. Sin olvidarnos del turismo ecológico.

Entre Bayahibe y Boca de Yuma, incluyendo la isla adyacente de Saona, se encuentra el Parque Nacional del Este, un amplio bosque protegido, donde perviven en la zona costera importantes especies de la fauna marina, entre las que se encuentran el delfín y el manatí, además de los ecosistemas de manglares.

La isla de Saona de tan sólo 130 Kms2, está habitada por unas mil 200 personas, que se alimentan esencialmente de la pesca y la caza de palomas y cerdos. Son lugares de una naturaleza maravillosa.

Y después de todo esto, resta disfrutar del descanso y la paz de un paraje paradisíaco en el que las puestas de sol todavía invitan a soñar.
La abundancia de palmeras "canas" es lo que ha dado el nombre a esta región del este.


Un parque para ecologistas
Decidieron que este bosque sería un Parque Ecológico y que se llamaría Los Ojos Indígenas. Así se recordaría la historia más auténtica de esta parte de la isla y al mismo tiempo se promovería la protección del medio ambiente en un área cada vez más explotada para el turismo.

Ese podría ser el resumen y carta de presentación del proyecto de un grupo empresarial que explota estas playas y que ha donado mil hectáreas de terreno virgen a la Fundación Ecológica Punta Cana. ¿Cómo se pone en marcha el tan traído y llevado desarrollo sostenible? A efectos del turista que llega hasta aquí, en el día a día de sus vacaciones puede comenzar por recorrer el Sendero Ecológico que parte casi desde el borde de la playa, y le lleva a recorrer un camino marcado con piedras de coral, que serpentea entre un denso bosque natural, integrado por especies autóctonas de la isla y que une doce lagunas de agua cristalina.

Los manantiales están conectados con un río que nace en las montañas La Torre, y que, a tres kilómetros de la localidad, se vuelve subterráneo. Todos ellos se recorren con un guía y han recibido nombres de origen taíno.

Guamá, uno de ellos, es uno de los más grandes y es el nombre de un árbol cuya fruta es comestible y que en taíno significa "hombre grande" o "jefe de la tribu". Yucahu, otro de ellos, era el dios de la yuca Blanca y su significado es "Dios de la Yuca Blanca, poderoso y fuerte como el mar y la montaña".

Alejandro Herrera, director ejecutivo de la Fundación, explica que este bosque es sólo uno de los proyectos de la Institución, que planea convertir este rincón de República Dominicana en el ejemplo de desarrollo sostenible que buscan muchos países caribeños.
En Punta Cana también se pueden recorrer maravillosos senderos montando a caballo, o los amantes del golf pueden dedicar agradables jornadas a la práctica de su deporte favorito en el campo de Bávaro, sin olvidarnos del turismo ecológico.

Los esfuerzos de la Fundación Ecológica van destinados a la protección del entorno natural de Punta Cana, y se extienden fuera del espacio protegido por la Reserva, hasta la propia conservación de los arrecifes coralinos de las costas, o las indicaciones a las instalaciones hoteleras para el mantenimiento de los campos de golf.
Isabel Aizpun
Isabel Aizpun
http://www.excelencias.com/articulo.asp?rev=ex&edc=64&art=1275&lng=es

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